La Clave para crecer en cualquier tipo de Relación

En Coaching Ontológico creemos que: “Las relaciones se crean con compromiso… se sostienen con confianza… y crecen con comunicación”. 1 Por mucho tiempo hemos creído que comunicarnos era simplemente hablar, desechando el rol fundamental de la calidad de la escucha en cualquier proceso de comunicación. Se nos enseñó que comunicación era simplemente el fluir de información desde un emisor hacia un receptor que, en vez de participar activamente en la conversación, solo escucha y recibe información o instrucciones. Este modelo de comunicación clásico ya es obsoleto y necesita ser reemplazado por un modelo de comunicación dinámico en donde la relación y el alcance de los resultados que sean fijados como metas en la relación sean el objetivo más importante y no el simplemente tener la razón sobre la opinión del otro. El querer tener siempre la razón es el juego del ego y es el enemigo número uno de una comunicación saludable.

El querer tener siempre la razón es el juego del ego y es el enemigo número uno de una comunicación saludable.Click To Tweet

Las Escrituras hablan mucho de comunicación, no solo vertical (nuestra relación con Dios), sino también horizontal (nuestra relación unos con otros). Si queremos resultados diferentes en nuestro matrimonio, en la crianza de nuestros hijos o en el ámbito laboral deberemos comprometernos con un proceso de transformación de fondo que llevará adelante el Espíritu Santo en nuestro espíritu, en nuestra mente, en nuestras emciiones, en nuestro lenguaje y en nuestras acciones. Romanos 12:2 nos insta a renovar la manera en la cual pensamos (literalmente, deshechar la vieja manera de pensar corrompida completamente por el ego y comenzar a pensar de manera diferente guiados por el Espíritu de Dios y su Palabra). En el ámbito de la comunicación, Santiago 1:19 nos enseña la importancia de la calidad de la escucha (“pronto para oír, tardo para hablar”) y la correcta gestión de nuestras emociones mediante el gobierno del Espíritu Santo en nuestras vidas (“tardo para enojarse”). Debido a nuestra carne, los seres humanos siempre tendemos a imponer nuestras opiniones e ideas por sobre los demás, sin importar que muchas veces las mismas hieran no solo las emociones de la otra persona sino también el tejido de la relación que tengo con dicha persona. Muchos de los problemas matrimoniales y familiares que azotan nuestra sociedad se producen en el plano de las comunicaciones.

Es necesario que nos demos cuenta de la necesidad de transformación que tienen nuestras vidas, nuestros matrimonios y familias. Necesitamos ser renovados y transformados por el Espíritu Santo para poder así fortalecer las relaciones que son importantes en nuestras vidas, siendo felices y mostrándole al mundo la bendición de vidas y familias rendidas al gobierno de Dios.

Notes:

  1. Comunicación Productiva en la Era de las Relaciones por Alejandro Marchesán © GAE, 2006