No Pierdas la Conexión

Sin duda que los tiempos que vivimos presentan un gran desafío a nuestra capacidad de relacionarnos y mantener nuestros lazos fuertes y saludables. La pandemia del COVID-19 ha producido (y sigue generando) muchísimos cambios en todas las áreas de nuestras vidas. Uno de estos desafíos es la imposibilidad de reunirnos de manera presencial con nuestros hermanos en la fe. En muchos países esto está regulado y acondicionado por el accionar del mismo gobierno (municipal, provincial y nacional) que impone diferentes protocolos y límites de participantes a nuestras reuniones como iglesia.

Ante esta realidad nos hemos tenido que volcar al uso de la tecnología para poder continuar adelante con la vida de la iglesia. Algunas iglesias han preferido llevar adelante sus reuniones mediante sus redes sociales (transmisiones de Facebook o Instagram). Otras prefieren reunirse a través de Zoom, Skype, Facebook Messenger o WhatsApp. La realidad es que el mandamiento de congregarnos de Hebreos 10:25 parece generar una tensión entre la Palabra y las “imposibilidades” que trajo consigo este año 2020.

Aun en países en los cuales las restricciones se han reducido y ya se le permite a las iglesias reunirse con números reducidos, hay muchos cristianos que han tomado la decisión de permanecer en sus hogares y participar de cultos de manera remota y digital.

El panorama es complejo y requiere mucha oración, discernimiento y por sobre todo una fe cargada de fidelidad a Dios. Hoy por hoy, sin duda alguna, necesitamos asirnos de Cristo. Es que si así no lo hiciésemos caeríamos fácilmente en el miedo, la desazón, el desánimo y la confusión. De algo tenemos que estar seguros: Jesús es el mismo ayer, en este 2020 y por todos los siglos.

En el libro de Colosenses, el apóstol Pablo emplea una exhortación que me parece muy oportuna para hoy:

Sin embargo, no están conectados a Cristo, la cabeza, a la cual nosotros, que formamos su cuerpo, sí estamos unidos. Y lo estamos por medio de fuertes junturas y ligamentos, con lo cual crecemos a medida que Dios nos nutre.

Colosenses 2:19 (NBV)

En los versículos previos, Pablo se refiere a los peligros del gnosticismo y el judaísmo místico que estaban amenazando la fe Cristo-céntrica de los cristianos en Colosas. Aún el legalismo estaba queriendo atar a los creyentes en discusiones absurdas para que así se quiebre la unidad que Pablo tanto defendió no solo aquí sino en la gran mayoría de sus cartas. Aquí vemos a un Pablo “acuarentenado” en una prisión romana y lejos de sus amados hermanos (Col. 2:5; 4:10). Quizás algunos de nosotros nos estemos sintiendo un poquito como Pablo luego de tantos meses de aislamiento.

Hoy en día también circulan diferentes ideas y tendencias teológicas, socio-culturales y aún políticas que solo buscan fracturar la unidad de la iglesia. No hace faltan nombres. Estoy seguro de que al leer estas líneas alguna de estas tendencias virales se te vendrán a la mente. De igual modo la imposibilidad de reunirnos físicamente ha debilitado la fe de muchos creyentes. Ante todo esto podemos tomar tres principios espirituales de este pasaje que nos ayudarán a permanecer unidos a Cristo y su iglesia en tiempos de pandemia:

  1. Debo conectarme a Cristo siempre. Cristo es la cabeza de la iglesia y no los hombres. Los líderes de la iglesia también se equivocan y fallan. Al final del día todos necesitamos de la gracia de Dios mientras nos sujetamos juntos a Cristo Jesús.
  2. Debo conectarme a la iglesia habitualmente. La unidad de la iglesia, es decir, la unidad de sus miembros, es algo que debemos cuidar y fomentar en todo tiempo. Esto requiere de nuestro esfuerzo por reunirnos o conectarnos a nuestra iglesia semanalmente. Estos no son tiempos para desconectarme de la iglesia. Aún cuando las plataformas de reunión sean solo digitales, debo hacer todo lo posible por seguir conectado al Cuerpo.
  3. Debo conectarme al Espíritu Santo y su Palabra diariamente. Debo buscar el crecimiento espiritual cada día. Debo alimentarme de la Palabra de Dios cada mañana y cada noche. De esta manera el Cuerpo (la iglesia) se mantendrá sanó dado que las junturas y ligamentos se mantendrán fuertes.

Que el Señor nos ayude a permanecer conectados en este tiempo de tanta inestabilidad y confusión.

Nuestra vulnerabilidad es obvia

La preocupación mundial es obvia

Nuestra necesidad y dependencia de Dios

Es mucho más obvia

Por eso elevo mi oración

Con una petición muy obvia

Que las familias no vivan en claustrofobia

Y que la iglesia no caiga en agorafobia

Obvia lyrics © Songtrust Ave – Redimi2