La Iglesia en Crisis
El libro de Hechos nos enseña que aún la Iglesia Primitiva debió enfrentar las arenas de la Crisis. Sí, la misma iglesia que estaba llena del Espíritu, la iglesia que caminaba en lo sobrenatural, a la cual miles se unían cada día, pasó en muchas oportunidades por el fuego de la prueba. Muchos cristianos hoy en día piensan equivocadamente que si “están bien” con Dios “todo les tiene que ir bien”. El relato de Hechos nos demuestra que nadie está exento de enfrentar dificultad. Ya lo dijo Jesús: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33b). Mi hermano la vida está repleta de crisis y desiertos, si no los hubiera, ¿cómo podrías ejercitar y pulir tu fe?
Preguntémonos juntos: ¿Cuáles fueron las crisis que la Iglesia Primitiva en su primer año de vida debió enfrentar? (Sí, ¡en su primer año!). Los capítulos 5 y 6 nos muestran tres crisis que la Iglesia Primitiva atravesó y que quizás la iglesia que pastoreas, lideras o en la cual te congregas pueda pasar.
1. La crisis del sufrimiento y la persecución (Hch. 5:41)
En el ministerio encontraremos a menudo el embate del sufrimiento que vendrá con diferentes rostros: enfermedad, estrechez económica, desánimo, desaliento, entre otros. También vendrán tiempos de persecución que se encarnarán como habladurías, murmuración, críticas y amenazas que se levantarán en tu contra y en contra de la iglesia.
Ante la crisis del sufrimiento y la persecución los apóstoles convocaron al pueblo a orar y buscar la Presencia del Espíritu (Hch. 4:24-31). La acción de la iglesia del libro de Hechos ante las amenazas reiteradas del Sanedrín nos dirigen hacia el camino de la victoria sobre este tipo de crisis:
- Ora fervientemente a Dios.
- Adora a Jesús.
- Descansa en el Señor, refugiate en su Presencia.
- Entiende que la persecución en verdad es contra Jesús (Hch. 4:26).
- Llénate del Espíritu y predica, declara y profetiza la Palabra (Hch. 4:29-31).
- Gózate por ser tenido digno de sufrir por causa del Nombre de Cristo (Hch. 5:41).
2. La crisis del pecado (Hch. 5:1-11)
La crisis del pecado en la Iglesia Primitiva vino por medio de un matrimonio: Ananías y Safira (Hch. 5:1-11). ¿Cómo pudieron los apóstoles y la iglesia vencerla?
- Activando los dones de ciencia y discernimiento de espíritus (Hch. 5:3).
- No tranzando con el pecado sino confrontándolo, siendo claros y directos.
- Guardando la santidad y el temor de Dios en la iglesia (Hch. 5:4,5,11).
- Dejando que Dios haga lo que tenga que hacer con el pecador, sea que lo convenza de su pecado para que éste se arrepienta y sea restaurado (Gál. 6:1-2) o lo corte y separe de su pueblo (Hch. 5:5; 1 Cor. 5:5; 1 Tim. 1:20; 2 Tes. 3:6).
3. La crisis de los conflictos (Hch. 6:1)
Finalmente, ¿cómo enfrentó la iglesia la crisis que generan los conflictos internos? Hechos 6 comienza con una buena y una mala noticia para la iglesia: los discípulos crecían pero también crecía la murmuración. El crecimiento numérico de la Iglesia produjo que las necesidades y problemas del pueblo también crecieran y por ende al no satisfacerse generaron críticas y quejas. Aún más, el conflicto se vio agravado por los problemas de comunicación entre ambas facciones. Los discípulos griegos hablaban principalmente solo griego y los discípulos hebreos solo hebreo. Los problemas de comunicación, el no poder expresar adecuadamente las necesidades y pedidos, agudizan la separación y llevan lentamente a la división. Este fue un serio problema para la naciente iglesia. ¿Cómo lograron los apóstoles ponerle un punto final a este conflicto y por ende a esta crisis que estaba dividiendo la iglesia misma? Con sabiduría. Es interesante notar que los apóstoles al enterarse del conflicto inmediatamente tomaron cartas en el asunto. Un conflicto no resuelto en el seno de la iglesia puede degenerar en una posible división. ¿Cuáles fueron las acciones concretas de los apóstoles para resolver este asunto?
- Convocaron a toda la iglesia (todos debían estar al tanto del quiebre que se estaba viviendo y todos debían ser parte de la solución, esto corta de raíz los malos entendidos y la murmuración).
- Los apóstoles no perdieron el foco (es común que un sentido de “héroe salvador” embargue a los líderes que enfrenten una crisis de este tipo, queriendo solucionar ellos mismos todos los problemas perdiendo de vista sus prioridades).
- Delegaron o como decimos en Argentina “abrieron la cancha” (notemos que hasta este momento todo el protagonismo de la iglesia estaba sobre los apóstoles).
- Indicaron claramente cuáles eran las condiciones de satisfacción para este servicio.
- Otorgaron a los hermanos seleccionados para esta labor autoridad y responsabilidad pública.
- Finalmente, consensuaron con toda la iglesia (los apóstoles no tomaban decisiones por sí solos).
Pasajes como éste demuestran que la unidad e inclusividad de la iglesia era notoria no solo en tiempos de ensanchamiento sino también en tiempos de conflictos.
La Iglesia que vence las Crisis
El versículo que cierra la tercera de las crisis vividas por la Iglesia Primitiva nos demuestra que aún en medio de la aflicción y la prueba la iglesia no paraba de crecer. Esta es una Palabra poderosísima para nosotros. Puede ser que estés pasando la mayor prueba de tu vida y ministerio pero el Señor quiere que sepas que Él te sostiene y que nada te impedirá que avances.
“Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe” (Hch. 6:7)
La iglesia crecía a pesar de la crisis porque estaba parada en Cristo. Las tres crisis que la aquejaron en su comienzo fueron superadas mediante el poder de la fe, la unidad y la oración.
Ante las crisis que nuestro ministerio pueda enfrentar el Espíritu Santo nos anima a buscar dirección en Su Presencia, a pararnos en Cristo y mantener nuestras prioridades en orden. Recuerda que el socorro viene de Dios. Te animo a que hoy sea lo que sea que estés pasando tomes la decisión de plantarte firme en Cristo y seguir avanzando.