El Ciclo de la Prueba
Hay una realidad que nos vincula. Sin lugar a dudas, todos nosotros hemos pasado en algún momento de nuestras vidas diferentes momentos difíciles que incluso ni esperábamos. Los cristianos le llamamos a estas crisis “pruebas”.
Tanto en mi vida personal como en la vida de hermanos y hermanas que he conocido en todos estos años he notado que muchos luchamos con la manera en la cual nos relacionamos con las pruebas y situaciones difíciles que nos tocan vivir en las distintas temporadas de nuestras vidas.
Hace un tiempo estudiando Santiago 1:1-4 pude reflexionar acerca de la manera en la cual yo estaba gestionando mis emociones, acciones y decisiones ante las distintas pruebas que estaba enfrentando y pude comprender mejor cuál es el propósito y producto de las mismas.
A continuación quiero compartirte de forma muy sintética los apuntes en forma de bosquejo que tomé de mi estudio personal creyendo que pueden serte de mucha bendición y ayuda para poder salir victorioso con la ayuda del Señor Jesucristo de cualquier prueba que puedas estar enfrentando. Te invito a que abras tu Biblia y que dejes que el Espíritu Santo te ministre sus fuerzas y entendimiento para seguir avanzando en la fe.
El Ciclo de la Prueba
- La importancia de ser siervos (Santiago 1:1 – “Santiago, siervo de Dios y del Señor Jesucristo, a las doce tribus que están en la dispersión: Salud”).
1. Nuestra identidad debe ser la de siervos de Dios
2. Debemos ser siervos de nuestros hermanos (Santiago fue también el hermano de sangre de Jesús)
a. Desarrollo de nuestro carácter: Humildad
- ¿Qué quiere robarte el enemigo durante las pruebas? (Santiago 1:2 – “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas”)
1. El cristiano debe tener sumo gozo en las pruebas (debe cuidar su gozo, debe defenderlo)
a. El escritor a los Hebreos señaló que fue el gozo lo que permitió que Cristo sufriese exitosamente la Cruz. Él no dejó de tener gozo en medio de la prueba (Hebreos 12:2).
2. Las pruebas serán diversas…
- Desarrollo del ciclo de la prueba
1. Así como Satanás estuvo presente en la tentación (o prueba) de Jesús en el desierto (Lucas 4), también lo está en nuestras propias pruebas.
a. Durante la prueba el enemigo quiere robarte el gozo.
2. Porque el gozo es tu fortaleza (Nehemías 8:10).
a. Una persona sin gozo es una persona débil espiritualmente.
b. El gozo no es siempre alegría sino que es más profundo. Es interno. Es espiritual. Es serenidad y confianza en la prueba.
3. La fortaleza de tu vida es tu alabanza a Dios.
a. David dijo que “de la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza” (Salmo 8:2a)
b. Jesús trajo la revelación de este pasaje al decir: “De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza” (Mateo 21:16b).
4. Entonces la fortaleza es tu alabanza.
a. Y tu alabanza es el fruto que sale de tus labios cuando confiesas el Nombre de Jesús (Hebreos 13:15).
b. Entonces, el enemigo quiere, a través de las pruebas, quitarte el gozo porque al hacerlo te quitará fortaleza, te debilitará, y si así lo hace dejarás de alabar a Dios, dejarás de orar, de leer su Palabra, de congregarte, en otras palabras, perderás tu relación con Jesús.
c. Si el enemigo logra esto en tu vida hará que no confieses el nombre de Jesús.
5. ¿Por qué? Porque el Nombre de Jesús es lo que te da la victoria sobre las pruebas.
a. Jesús es el Nombre sobre todo nombre, el Nombre que está por encima de todo principado y autoridad del enemigo (Efesios 1:21).
b. Es el Nombre que está por encima de todo lo que está en los Cielos, en la tierra y aun en el mismo infierno (Filipenses 2:9-10).
- La prueba produce un fruto: Paciencia (Santiago 1:3-4 – “Sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”)
1. La prueba de nuestra fe produce paciencia
2. La paciencia es la “ciencia de la paz”
c. Para alcanzar las promesas de Dios necesitamos paciencia.
a. Abraham esperó 100 años por un hijo.
b. Moisés esperó 80 años para llegar a ser el libertador de su pueblo.
c. Josué esperó 80 años para conquistar la Tierra Prometida.
d. Israel esperó 430 años su liberación.
e. Jesús esperó 30 años para comenzar su ministerio.
f. Espera en Dios pacientemente (Romanos 8:25).
- La paciencia se debe completar
a. Cuando la paciencia se completa el creyente se vuelve perfecto (íntegro) y cabal.
b. Ser perfecto no significa 100% sin errores. Al contrario.
c. Somos como una botella o recipiente que en nuestro interior contenemos el más preciado de los contenidos: la Fe (“medida de fe” – Romanos 12:3). Esta botella puede ensuciarse o caerse pero nunca debe perforarse porque allí sí perderá su utilidad. No dejes que el enemigo perfore tu espíritu con la amargura, el rencor, el odio o el enojo. No pierdas la fe, no pierdas la unción. Tu unción debe estar rebosando.
d. Si dejamos que la paciencia complete su obra en nosotros recibiremos todo aquello que esperamos… sin que falte nada.