El Impacto que un Matrimonio Cristiano tiene en una Sociedad Descristianizada

En los tiempos en que vivimos podemos ver cada vez más cómo las diferentes instituciones que solían sostener nuestra cultura están siendo sacudidas y trastornadas. En este caso la familia, esa institución divina y sagrada que Dios creó desde el inicio de los tiempos, está siendo actualmente atacada desde diferentes frentes como los medios sociales, Hollywood, los políticos, las celebridades, entre otros.

Mientras que en otro tiempo las canciones solían tratarse de amor y romance en los confines del matrimonio, en la actualidad esto ha cambiado drásticamente. Por ejemplo, mientras escribo estas líneas, la canción número 1 aquí en Canadá, de acuerdo a Spotify, es “Despacito”, que por cierto no tiene ni una pizca de romance en sus letras.

Un estudio realizado por el grupo Barna el año pasado en los Estados Unidos arrojó que solo el 53% de los millennials (aquellos que han nacido entre 1977 y 1994) creen que la familia ocupa un papel “importante” en la formación de identidad de una persona (mientras que para el 76% de los ancianos, el 64% de los llamados gen-xers o generación X y para el 61% de los baby boomers la familia ocupa un rol vital y fundamental en el desarrollo personal de un individuo). 1. Ante esta realidad ni me puedo imaginar qué es lo que pasará con la proxima generación (aquella que los sociólogos llaman generación Z) si no hacemos prontamente algo para revertir estas estadísticas. Esta situación es simplemente aterradora.

Como Iglesia estamos aquí para impactar el mundo. No para pasar desapercibidos por el mundo.Click To Tweet

La verdad es que como Iglesia estamos aquí para impactar el mundo. No para pasar desapercibidos por el mundo. Y en verdad creo que tanto nuestros matrimonios como nuestras familias son el campo de batalla donde vamos a tener que pelear la buena pelea. De hecho creo que Dios está extremedamente preocupado por el estado de nuestros matrimonios y de nuestros hogares. ¿Por qué? No solo porque Él nos ama con un amor que no tiene fin, sino también porque nuestros matrimonios son en sí mismo un poderoso símbolo profético de la unión entre Cristo y su Iglesia (Efesios 5:22-33), y nuestra relación con nuestros hijos es también una imagen de Su paternidad (Efesios 6:1-3).

Por otra parte, en griego, el idioma original del Nuevo Testamento, la palabra “familia” es patria, vocablo que empleamos en el idioma español para referirnos “al lugar donde uno pertenece”. Creo que nuestras familias deberían ser nuestra patria, ese lugar donde queremos y anhelamos estar para disfrutar de paz y también para reír y llorar con confianza. En fin, nuestra familia debería ser el lugar donde podemos dar y recibir amor.

Si ahora mismo tu familia no parece ser ese tipo de lugar te invito a que le pidas al Espíritu Santo que venga y habite en tu casa trayendo consigo Su paz (Lucas 10:5). Invita a Jesús a que entre a tu hogar y luego escucha su dulce y tierna voz anunciándote que: “Hoy ha venido la salvación a esta casa” (Lucas 19:9).

Notes:

  1. Forming Family Values in a Digital Age. © Barna Group, 2017